Después de que mi hijo cumpliera 21 años, busqué abogados para arreglar mi situación migratoria, pero muchos me dijeron que no era posible. Gracias a Dios y al equipo de Sara Monty, logré obtener mi residencia y, posteriormente, la ciudadanía. Lo que más valoro es que siempre fueron honestos conmigo. ¡Recomiendo llamarlos si buscas resolver tu caso migratorio!